Las tres batallas de los "dreamers" por DACA: judicial, política y personal

El regreso de DACA a las Cortes en Estados Unidos, esta semana, no despejó las dudas sobre la continuidad del programa migratorio que fue creado en 2012 y que beneficia a unos 700,000 soñadores o dreamers, que desde entonces reclaman una regularización de su estatus. Organizaciones que apoyan la causa, como Aliento, consideran que el caso terminará definiéndose en la Corte Suprema de Justicia a mediados de 2023: hasta entonces, estiman en la entidad sin fines de lucro con sede en Arizona, continuarán resolviéndose las demandas en tribunales inferiores, seguirá la disputa política con las elecciones de medio término en noviembre próximo y los beneficiarios deberán seguir lidiando con la incertidumbre acerca de su futuro.
La audiencia que se realizó el 6 de julio en la Corte de Apelaciones del 5º Distrito de Nueva Orleans, Luisiana, para decidir la legalidad o no de DACA no dejó las mejores expectativas en Aliento, que en Arizona defiende y asiste a los beneficiarios del programa: allí consideran que el fallo no sería favorable y que el caso podría llegar a la Corte Suprema y también sufrir un revés, por lo que DACA “está en peligro” y recién “quizás se resuelva a finales de junio de 2023”, afirmó José Patiño, vicepresidente del área de educación de la organización, en declaraciones a Conecta Arizona.
“Lo más probable es que la Corte (de Nueva Orleans) dé su decisión en dos o tres meses. Pero la resolución final sería en el verano de 2023, cuando la Corte Suprema decida”, señaló Patiño un día después de que la Corte de Nueva Orleans escuchara los argumentos a favor y en contra de DACA, el programa que fue creado para proteger de la deportación a inmigrantes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos (antes de 2007) y para permitirles trabajar, y quienes -a diez años de aquella medida provisional- aún reclaman su regularización.
Mientras la batalla legal sigue su curso, los dreamers apuestan también a una solución política al tema si el Congreso lograra sancionar una reforma migratoria integral que los incluya (23,000 de ellos viven en Arizona), para proporcionarles de ese modo un camino a la ciudadanía. Aunque la expectativa podría ser favorable debido a que los demócratas tienen mayoría en el Congreso y la Administración Biden respalda el programa, Patiño cuestionó a los senadores demócratas de Arizona por no impulsar el tema y a los republicanos en general por no respaldar la iniciativa.
Finalmente, una tercera batalla se desarrolla hacia el interior de los propios dreamers y es personal: luego de años de realizar una vida “normal” (con estudios completados, empleo y en algunos casos familia formada) deben enfrentar emocionalmente la incertidumbre que provoca no saber qué ocurrirá con ellos a causa de la indefinición legal del programa, mientras siguen renovando sus permisos, que –por ejemplo- les permite continuar en sus empleos. En Aliento, incluso, ofrecen talleres para enfrentar el estrés y la ansiedad, además de asistencia legal gratuita para renovar las aplicaciones.
La presidenta de Aliento, Reyna Montoya, había señalado a Conecta Arizona luego de presenciar la audiencia en Nueva Orleans que existe “una fuerte posibilidad de que DACA pueda terminar” y, con ello, los beneficios que el programa les otorga a los dreamers, que les permite obtener permisos de trabajo. “DACA ha brindado seguridad a sus beneficiarios: la capacidad de obtener una educación superior, una licencia de conducir, comprar una casa, iniciar un negocio y buscar oportunidades profesionales que de otra manera no habrían sido posibles”, señalaron en Aliento.

La batalla judicial
En la audiencia en la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans se escucharon argumentos orales para determinar si DACA (Acción Diferida para los Llegados de la Infancia) fue creado legalmente o no y si el programa en general es legal. Creado durante la Administración Obama en junio de 2012, fue suspendido por la Administración Trump en septiembre de 2017 y ratificado por la Corte Suprema en junio de 2020.
Se llegó a la instancia de la Corte de Nueva Orleans luego de que el juez federal Andrew Hanen, de Texas, determinó en julio de 2021 que el programa es ilegal. El fallo de Hanen -que también permitió que se sigan procesando las renovaciones, pero no nuevas solicitudes- fue apelado por la Administración Biden y ahora la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans debe emitir su sentencia, que podría ser apelada y así el caso llegaría nuevamente a la Suprema Corte.
“No nos fue tan bien”, señaló Patiño a Conecta Arizona, en La Hora del Cafecito en WhatsApp, donde también respondió preguntas de la comunidad. “El estado de Texas dijo que DACA cuesta dinero a los texanos y que el programa no fue creado legalmente ni es legal. También argumentaron los abogados del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Otras organizaciones hablaron sobre la realidad de DACA y los efectos negativos que ha tenido en la comunidad y en la gente en general”, agregó, en declaraciones al show radial La Hora del Cafecito, de Conecta Arizona.
El representante de Aliento consideró que el panorama, al final del día, “no es favorable porque la Corte (de Nueva Orleans), como está construida, tiene tres jueces conservadores que en el pasado no han apoyado a programas afirmativos o positivos para migrantes”. “Todo depende de los jueces. Basado en los casos anteriores de inmigración, no se ve una decisión a favor (de DACA) en esta Corte (de Nueva Orleans). Quizás tengamos mejores esperanzas en la Corte Suprema si llegamos hasta allá”, analizó.
Según publicó Infobae, en defensa de DACA el gobierno federal argumentó –a través del abogado Brian Boynton, del Departamento de Justicia- que “es legal en su totalidad y debe mantenerse”, por lo que el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, tiene autoridad para aplicar la ley de inmigración. El argumento contrario fue presentado por Texas y otros estados republicanos, que señalaron que DACA les perjudicó económicamente por los gastos en salud para atender a los dreamers. Este argumento del estado de Texas fue rechazado también por el fiscal general de Nueva Jersey, Jeremy Feigenbaum, y por Nina Perales, del Fondo de Educación y Defensa Legal Mexicano-Americano (MALDEF), quien afirmó que “Texas no proporcionó pruebas de que DACA aumentara el uso de los servicios estatales”.
“Los jueces parecían distraídos en los argumentos del gobierno de Biden y de MALDEF”, dijo Patiño, y afirmó que, hasta que la Corte de Apelaciones no dicte su fallo, “lo más probable” es que todo siga igual, aunque “todo depende de si decide terminar con las renovaciones (de DACA) también”. “No creemos que lo hagan, pero es una posibilidad. Es lo difícil de todo esto: todo está en el aire y no hay nada seguro. Lo bueno fue que muchos dreamers y aliados demostraron apoyo al programa”, indicó en el diálogo con la comunidad de Conecta Arizona en WhatsApp.
“La mayoría de los abogados con los que hemos hablado creen que DACA está en peligro porque lo que se está debatiendo esta vez es si el programa es legal, si el presidente puede crear un programa donde cientos de miles de personas indocumentadas pueden tener el beneficio. Es probable que la Corte (de Nueva Orleans) falle a favor de Texas y tengamos que ir a la Corte Suprema”, afirmó Patiño al analizar las posibilidades a futuro del caso, que se conoce como Texas v. Estados Unidos (además de Texas, son demandantes los estados republicanos de Alabama, Arkansas, Kansas, Luisiana, Misisipi, Nebraska, Carolina del Sur y Virginia Occidental).
En caso de que deba resolver la Corte Suprema, las expectativas de Patiño tampoco son positivas. “Como está ahorita la Corte Suprema, donde (en 2021) cambió una jueza liberal como Ruth Bader Ginsburg por una jueza conservadora como Amy Coney Barrett, quizás esta vez falle en contra de DACA. En el juicio de 2020 falló a favor”, señaló, entrevistado por Maritza L. Félix, directora y fundadora de Conecta Arizona.
Patiño, en la comparación, aludió así a la composición actual del máximo tribunal de Estados Unidos (con mayoría de 6 a 3 para los jueces conservadores, identificados con el Partido Republicano) y a la sentencia de 2020 que favoreció a los dreamers y dejó en pie DACA luego de la decisión de Trump de anularlo (el fallo fue 5 a 4, con el presidente de la Corte sumándose al voto de los cuatro jueces liberales, una de las cuales era Bader Ginsburg, quien falleció al año siguiente y fue reemplazada).
En cuanto a los plazos que se esperan, luego del fallo de la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans y una eventual definición posterior en la Corte Suprema, Patiño dijo que “quizás se resuelva a finales de junio de 2023”. “El tiempo más rápido (de definición) sería en verano de 2023”, sostuvo.
En su análisis de los plazos también consideró que se debe resolver un caso sobre DACA (Batalla Vidal v. Majorkas) que se tramita en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, donde también esta semana los dreamers presentaron argumentos para pedir que el gobierno federal procese unas 80,000 solicitudes del programa por primera vez, que están frenadas pese a que fueron presentadas entre diciembre de 2020 y julio de 2021. Estos solicitantes, recordó Patiño, quedaron “en el limbo por la orden de Hanen”. “En esa Corte se está peleando para que se reabra el programa. El juez de Nueva York dijo que el programa es legal. Si eso pasa vamos a tener dos órdenes de jueces nacionales en contradicción: Texas dice que DACA no es legal, Nueva York dice que sí es legal. Va a ser muy interesante ver qué harán USCIS (el Servicio de Ciudadanía e Inmigración) y la Corte Suprema”, analizó.
En relación a esta superposición de fallos entre las Cortes de Apelaciones de Texas y Nueva York, el abogado Hugo Larios, especialista en inmigración, explicó a Conecta Arizona que si persiste la diferencia de criterios en relación a DACA la decisión definitiva llegará por parte de la Corte Suprema, como instancia superior. Además, dijo que es frecuente que ocurran este tipo de situaciones al existir en el país 13 circuitos en la instancia de Corte de Apelación, configurados según áreas geográficas, que muchas veces determinan la diferente interpretación de las leyes.

La batalla política
Los dreamers consideran que la llegada de Biden a la Casa Blanca, en 2021, iba a mejorar las posibilidades de alcanzar en el Congreso una reforma migratoria que les otorgara la regularización, luego de que la Administración Trump intentó suspender el programa al alegar que era inconstitucional. Sin embargo, a un año y medio de la Administración Biden, consideran que el Presidente y los legisladores demócratas no han hecho suficientes esfuerzos para cambiar la legislación. En el caso específico de Arizona, las críticas se dirigen hacia los dos senadores demócratas del estado, Kyrsten Sinema (electa en 2019) y Mark Kelly (electo en 2020 y que este año va por su reelección).
“Ahorita el Senado, la Cámara baja y la Presidencia están en manos de los demócratas y en las elecciones siempre dicen que nos apoyan, pero no han podido tener una pelea (legislativa) para poder cambiar o pasar una legislación”, señaló Patiño. Además, agregó, el presidente Biden “dice que apoya la legalización de los inmigrantes”.
Patiño consideró necesario enfocarse en el senador Kelly, que intentará ser reelecto en la elección del próximo 8 de noviembre. “Es una elección muy cercana (entre candidatos), de 1 o 2 por ciento de votos, quizás unos 50 mil votos. Cada voto va a ser importante. Lo que les digo siempre a los jóvenes es ¿de qué nos sirve tener a un senador como Kelly, al que mucha gente apoya y que tiene buena historia, pero que no está haciendo nada por la comunidad inmigrante, por nosotros, y sigue prometiendo las mismas cosas? Nos tenemos que enfocar también a la senadora Sinema, para que por fin hagan algo, porque hace más de 10 años está DACA. Va a cumplir casi dos años el senador Kelly (en el cargo) y no ha hecho nada por nosotros”, sostuvo.
Del lado republicano, Patiño no tiene dudas: afirmó que nunca habilitarán una reforma migratoria en el Congreso porque perderían votos de los inmigrantes una vez que éstos puedan votar como ciudadanos. “Si preguntas a los inmigrantes indocumentados o beneficiarios de DACA, en su mayoría votarían por los demócratas, y los republicanos saben eso. Lo que me han dicho senadores es que no están interesados en su suicidio político, porque piensan que si van a una reforma migratoria van a legalizar a 11 millones de personas y más del 70, 80 por ciento de esas personas, si se hacen ciudadanos, van a votar a los demócratas, no a los republicanos. Entonces, si votan una reforma migratoria van a destruir su carrera política y su partido. Así es como lo miran”, analizó. La intención de los republicanos, según Patiño, va más allá: “Lo que especulamos es que, al ser DACA un programa demócrata creado por el presidente Obama, los republicanos quieren destrozar su legado. Entonces esto es parte de esa meta. Nosotros estamos en una batalla grande”.
Ante el hecho de que algunos legisladores locales y federales dicen que no están de acuerdo con una reforma migratoria como tal, pero que apoyan a los dreamers, Patiño respondió: “No todos los demócratas apoyan a una reforma migratoria que nomás cubra a los soñadores. Por eso no ha habido un voto. También los republicanos quieren algo a cambio; no sabemos qué quieren en específico”. También analizó el argumento de quienes sostienen que terminar con DACA podría obligar al Congreso a legislar definitivamente sobre inmigración y ciudadanía: “Eso es una opción, pero no hay una garantía de que el Congreso pase algo (alguna ley) si DACA termina. La mayoría de los dreamers votarían por los demócratas si se hacen ciudadanos y los republicanos saben eso. Tienen miedo de que si los indocumentados se hacen ciudadanos voten en contra de ellos”.
De todos modos, Patiño dijo que pese a que los dreamers no pueden votar sí pueden concientizar a votantes hispanos para que vayan a votar. Como ejemplo, recordó que en 2020 su organización lanzó el programa Aliento Vota, que permitió contactar a 25 mil votantes para las elecciones de ese año, en las que Biden ganó en Arizona por unos 10,000 votos y Kelly se impuso por menos de 100,000 votos. “Lo bueno de este país es que, aunque no tengas estatus (para votar), te puedes involucrar en las elecciones. Este año nuestra meta es conseguir de 50,000 a 100,000 votantes en Arizona; todo depende de cuánto apoyo recibamos de personas. Teniendo en cuenta las elecciones de Biden y de Kelly en 2020, cada voto importa; esa es la forma en la que podemos tener impacto, aunque no podamos votar. Conocemos las personas, familiares, amigos, y les contamos la importancia del voto y por qué es tan importante participar en las elecciones”, indicó.
“Tengo la sensación de que vamos a tener que salir a luchar. Gente grande como yo ya tiene parte de experiencia, pero jóvenes que no fueron involucrados no saben que una reforma migratoria general es muy difícil y también DACA será difícil”, agregó el referente de Aliento, que ante los retrocesos de DACA en las Cortes considera necesario seguir buscando la solución política al tema migratorio por la vía del Congreso y el Poder Ejecutivo.
Según USCIS, al 31 de diciembre de 2021 un total de 611.470 personas tenían el estatus de DACA, precisó Infobae. De ese total, Patiño estimó que unos 23,000 viven en Arizona, “con casi 7,000 más que están muy jóvenes para aplicar”. Arizona este año debe elegir también gobernador, por lo que la movilización de votantes en la comunidad migrante también será un dato político a tener en cuenta en un estado que tradicionalmente votó por republicanos a nivel federal pero que, en 2020, concedió la victoria a Biden luego de que el último presidente demócrata en ganar fue Bill Clinton en 1996.

La batalla personal
Mientras se desarrollan las disputas en el terreno judicial y de la política, una tercera batalla se libra hacia el interior de los dreamers, que se preguntan cómo enfrentar la incertidumbre y el desgaste emocional por no saber hasta cuándo estarán protegidos por DACA, que les permite trabajar y mantener sus familias. “Está difícil porque ahora hay dreamers de 15 años hasta 40 años. Los padres y madres de familia sienten mucha ansiedad y estrés porque ya tienen que mirar por sus hijos e hijas. Los jóvenes se frustran porque quieren ser igual que sus amigos. Las personas que hoy ya tienen más de 10 años en esto (en el reclamo por la legalización) sienten cansancio, pero entendemos que se tiene que luchar”, reflexionó Patiño.
Para ser beneficiario DACA se debe haber llegado antes de 2007 a Estados Unidos, antes de cumplir 16 años. Desde entonces, desarrollaron sus vidas a la espera de una regularización: asistieron a la escuela, se graduaron, comenzaron a trabajar, formaron familias. Más allá de que algunos pudieron acceder a la legalización porque se casaron, o porque sus hijos crecieron en el sistema y son ciudadanos, la mayoría convive con la falta de certeza de saber qué ocurrirá con su estatus migratorio o cómo podría cambiar la situación a su favor. “Esa pregunta la siento cada día, paso horas pensando”, contó Patiño.
Mientras tanto, y sin saber qué pasará con el programa a futuro, los beneficiarios pueden seguir renovando sus permisos, aunque las autoridades no procesan solicitudes de nuevos aplicantes, como lo determinó el fallo del juez Hanen, de Texas, en 2021 (la demanda en la Corte de Nueva York, precisamente, reclama que el gobierno pueda procesar nuevas solicitudes ya presentadas). “Es muy importante que los que tienen DACA lo renueven. La fuerza de DACA está en los números y en las historias”, sostuvo Patiño.
En este sentido, dijo que para renovar “se recomienda (un plazo de) 120 a 150 días”. “Cuando renové el año pasado, me tomó 30 días desde que mandé la aplicación hasta que recibí la aprobación, pero mi hermana tomó cuatro meses. Todo depende del oficial que tome tu caso. Yo siempre recomiendo seis meses, porque me ha pasado que he renovado, pero pierdo el estatus y tengo que dejar mi trabajo. La recomendación que siempre doy es seis meses. Además, tienen que ver siempre los costos, siempre es costoso renovar”, explicó.
Distinta es la situación de los solicitantes de DACA que aplicaron luego de que se reabrió el programa (en diciembre de 2020) y la Administración Biden decidió abrir nuevas inscripciones para proteger a indocumentados: se estima que unas 83 mil personas presentaron sus solicitudes, pero sin embargo actualmente siguen “estancadas” debido al fallo del juez Hanen de julio de 2021. Por este motivo también en Aliento cuestionan a la Administración Biden en términos políticos, porque estas personas viven en una indefinición legal con respecto a su estatus migratorio.
Por otra parte, Patiño aclaró que “el programa está cerrado para los aplicantes de primera vez”, una situación que podría modificarse si lo resuelve la Corte de Nueva York. “Pueden tramitar la aplicación, pero cuando la manden no va a ser procesada, porque el Departamento de Servicios de Inmigración de Estados Unidos puede recibir la aplicación, pero no la va a procesar”, aclaró. A esto sumó el hecho de que la aplicación cuesta alrededor de 500 dólares “más los costos para llenarla”, por lo que “mucha gente no la manda”.
En Aliento ofrecen ayuda gratuita para tramitar las renovaciones de DACA (llamar al 602.888.1066), además de asistencia con abogados para completar las aplicaciones, también sin costo. Además tienen grupos de apoyo para personas que están pasando por situaciones de ansiedad o estrés emocional, y programas de apoyo a los jóvenes o personas que quieran regresar a la escuela y seguir sus estudios secundarios. Patiño dijo que recibe consultas en el correo electrónico jose@alientoaz.org, donde también pueden escribir quienes deseen colaborar con la organización.
“Estamos en un tiempo muy difícil en este país. Las Cortes no están siguiendo lo que la mayoría de los americanos piensan y el Congreso no pasa leyes, mientras las órdenes del Presidente son paradas en las Cortes. En este país la forma de hacer el progreso es a través de la lucha por los derechos. Nunca nada se da porque es bien o moral”, sostuvo.
Finalmente, Patiño reflexionó sobre lo que implica el compromiso con la causa: “Cuando yo no tenía DACA era difícil encontrar trabajo y si lo agarrabas no era algo seguro, trabajabas de vez en cuando. Tenía más tiempo para seguir luchando. Ahora con DACA tienes trabajo, responsabilidades, si tienes un hogar tienes que pagar renta, si tienes familia tienes que apoyarla, una vida se está formando y te enfocas en eso en vez de estar en el activismo y dormir en las iglesias, afuera, correteando a los políticos, que es lo que hacemos. Las personas tienen la oportunidad con DACA de vivir su vida lo mejor que puedan, formar una familia, un hogar, desarrollar una carrera, viajar, vivir sus metas, como una persona normal, o unirse a nosotros a luchar por algo que quizás no vaya a pasar y tiene que sacrificar mucho”.
“Es algo difícil, pero nos va a tocar esta vez”, concluyó, tal vez pensando en los meses que se vienen para el programa DACA en términos legales, políticos y personales.
